Los aficionados del PSG mostraron un comportamiento similar en el pasado, cuando Lionel Messi formaba parte del equipo. A pesar de los ataques verbales, el Dibu mantuvo su concentración y realizó los movimientos de calentamiento sin demostrar incomodidad emocional. Su actitud inmutable frente a la hostilidad fue digna de destacar, ya que continuó preparándose para el encuentro.
En un momento, los hinchas comenzaron a cantar: MARTÍNEZ, HIJO DE P…, evidenciando el desagrado hacia el arquero argentino. Este tipo de provocaciones no son nuevas en el fútbol, pero el hecho de que un jugador tan aclamado como Martínez recibiera este trato es un recordatorio de la intensa rivalidad en el deporte.
Además, Martínez sorprendió a todos al mostrarse con un corte de pelo que incluía la bandera argentina en el lado izquierdo de su cabeza, un gesto que los hinchas franceses interpretaron como una provocación. Este detalle, junto con su presencia como campeón del mundo en Qatar 2022, intensificó la animosidad en el estadio, creando un ambiente hostil para el arquero.
A pesar de los insultos, Martínez ha demostrado ser un jugador resistente, y su habilidad para mantener la calma bajo presión es notable. La situación plantea interrogantes sobre el tratamiento de los jugadores en los estadios y cómo las rivalidades pueden afectar el comportamiento de los aficionados. Es fundamental que el deporte continúe promoviendo el respeto y la deportividad, dejando de lado el odio y la hostilidad.
